Cuando Nacho me encargó un año antes el vídeo de su boda ya supe que iba a ser algo que me iba a llenar de sentimiento. Una boda en el Palmar, playa en la que conocí el sabor salado del mar por primera vez en mi vida hace treinta y ocho años, tenía que significar algo. Pero cuando encima la protagonizaban estos dos encantos de personas, ya la cosa iría a más y así fue. De momento subo el trailer. Confío en que alguna me vez me permitan subir el largo o parte de él, pasaron cosas muy bonitas que los dos minutos veinte del trailer no permiten mostrar. Disfrutadlo. Abrazos!